ANUNCIO CLASIFICADO

Recuerdo las últimas palabras que te dije: ‘Nunca te olvidaré’.

Después me dejaste y yo me dejé.

Estuve buscando en mujeres extrañas que complacían mis deseos y atormentaban mi memoria, vivir de nuevo aquella vida pasada buscando la felicidad que en aquellos momentos inundaba mi existencia.

Pero no se puede revivir un recuerdo…

La vulgaridad del presente me evocaba un pasado esférico que no poseía las imperfecciones de lo ordinario, de un día a día que me hacía sentir solo, vacio, perdido, enfermo…

El único momento bueno del día eran aquellos treinta segundos desde que me despertaba y aun en el calor de mi cama, recordaba tu sonrisa que durante tantos años me había cobijado de todos los problemas… Hasta que por fin, me levantaba, y dejaba invadirme por el gris de una vida anodina, sin causa.

Entonces la conocí, justo cuando había dejado de buscar, ¿qué ironía, verdad?

No era ni especialmente guapa, ni especialmente alta, ni especialmente lista, pero no quería serlo, era simplemente una mujer normal que quiso quererme y se propuso hacerme feliz.

Y debo confesar que un día lo consiguió. Me desperté, como cualquier otra mañana y aun, en el calor de mi cama, me encontré con una sonrisa que no era la tuya, que no era la que recordaba, y por un momento, por primera vez, me olvidé de ti.

Desde entonces he intentado recordarte, imaginarte, pensar en tí y en nosotros, recuperar mi memoria y volver a sentirme completo aunque fuera solo treinta segundos al día.

Por ello puse este anuncio, buscándote por si no me olvidaste, pidiéndote, que si aun me recuerdas, no permitas que yo te olvide.

Espero tu respuesta.

                                                                                                          Pablo Moro.

Relato presentado al:

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