Vuestro Arte Objeto

lunes, 31 de octubre de 2011

JUNTANDO LETRAS...

 SIAMESES Primera Parte ENCUENTRO          




                                           SIAMESES
                                                                    DESENCUENTRO


Hay gente que nace unida, como los siameses… Sus cuerpos comparten el mismo centro de gravedad atraídos por una fuerza irresistible, que niebla su razón y anula sus sentidos. Sin embargo, cuando el cuerpo satisface sus deseos, se olvida que ha dejado de pensar y comienza a recordar. La incertidumbre, el miedo, el fracaso gobiernan de nuevo la razón y el cuerpo de los siameses se divide en dos cabezas incapaces de comprenderse, no dispuestas a escucharse.

Los cuerpos de los amantes separados por el vacio se alejan por miedo a lo inevitable. Un cuerpo, una habitación, dos cabezas, de nuevo, dos desconocidos.

- Dime que me quieres – le ordena ella insegura.

- Sabes que te quiero.- responde él sin convicción.

- ¡Entonces dímelo!

- ¿Ahora? Es tarde, mañana trabajo, anda duérmete.

- Necesíto oírtelo decir…

- ¿Por qué?

- Porque creo que te quiero. ¿Tú me quieres?

- Ya lo sabes…

- ¿Me quieres?

- ¿Pero que te ocurre?

- Si me quieres dilo. Di: Te quiero.

- No puedo…-responde él vacilante.

- ¿Por qué?

- Porque creo que ya no te quiero…

Sus cuerpos ocupan los dos laterales de la cama; entre ellos la inmensidad. Ella se recuesta llorando en su esquina, mientras él, pensativo se queda mirando fijamente el techo.

A veces los cuerpos de los siameses pueden separarse. Es una operación extremadamente complicada que deja una aparatosa cicatriz en el costado como recuerdo de aquello que has perdido. Al principio la ocultas, no quieres verla ni que los demás la encuentren. Con el tiempo te acostumbras a ella y la reconoces como parte de tu pasado; cada vez más lejano. Un día con el tiempo te olvidas de que está ahí y la muestras sin pudor. Los puntos se han cerrado y la marca cada vez es más imperceptible.

Tu vida recobra de nuevo su sentido apoyada en la rutina de lo cotidiano que te permite tener sin desear. Es en ese momento cuando el presente absorbe tu futuro y tu pasado, y te conformas con no cambiar. Al fin al cabo tu vida no es tan mala, podría ser peor…

La incomunicación es el mejor medio para el olvido.

Sin embargo dicen que los siameses después de separarse sienten una extraña sensación de necesidad, como si sus cuerpos quisieran volver a encontrase, algo les arrastra irrefrenablemente a buscar su otra mitad.

El problema es que han olvidado quién es su otra mitad.

 

                                                                                                                   Pablo Moro.

 
 
 
Si quieres leer otros relatos de este autor pincha aquí:
 
 
Anuncio Clasificado
 

1 comentario:

  1. Bueno, quizá un “siamés” a parte de marcado, está también condenado… porque cuando encuentra otra mitad que nunca le perteneció, y esa persona se acerca pero descubre la cicatriz, puede interpretar que ese acercamiento del siamés es sólo para ocultar las marcas de un pasado, y que solo necesitaba de esa cercanía para que sus marcas queden ocultas bajo otra persona, aunque no sea así, pero sí a ojos de esa nueva esperanza en forma de mitad. Su marca lo ha condenado a pesar de que estaba cerrada y olvidada.
    Es un bonito texto, gracias Pablo por este blog.

    ResponderEliminar