Vuestro Arte Objeto

miércoles, 18 de noviembre de 2009


El español no existe y jamás ha existido.
Siendo justo, aquí debería concluir este artículo pues todas las palabras que se aglutinan tras dicha aseveración son susceptibles de ser sancionadas a mayor redundancia de la primera proposición, sin que yo, su autor, haga nada por defenderlas.
Sin embargo la lógica del poder impone que las cosas sean lo que nos dicen que parecen, y no lo que son; por ello considero necesario defender este postulado pues soy castellano, y como tal mi voluntad no es quebrantable, aun a riesgo de tachar mis palabras obiter dicta, si a estas alturas comenzaron a leer este articulo por el principio, pues es de ley que las cosas generalmente comienzan en este punto.
Sin entrar a valorar derechos históricos que tras una combinación de intereses son transformados en argumentos, o en el “mejor de los casos” elevados a derechos políticos, es una verdad incontestable que el origen del castellano está en Castilla mucho antes de que España tuviera a bien por conocer la Ñ que se esconde tras su nombre.
El castellano evolucionó y se extendió más allá de los confines de Castilla y las decisiones de quienes tenían en sus manos por imperativo de herencia o matrimonio los designios de nuestra tierra fueron olvidándola hasta convertirla en una pieza más de este rompecabezas imperfecto al que algunos llaman España.
Más aun, quisieron llamarlo español, por esa manía, que jamás he entendido de unificarlo todo por miedo a que se rompa en mil pedazos.
Nunca lo heterogéneo a cobrado mayor unidad que en el lenguaje, y el castellano que se habla en España no requiere de formulas artificiosas, pues es de rigor que los idiomas son universales y no pueden ser nacionalizados a gusto del político o del medio que le sirve.
Acepto que por los mismos motivos podrían tacharme a mí de patriota castellano, y tal vez lo sea, a pesar de que siempre he renegado de los principios que ayudan más a crear distancias insalvables y excluyentes, que diferencias en común; si bien en este caso no habla el sentimiento, sino el hecho.
En Castilla se habla castellano, en España se habla castellano, entre otras lenguas, en América se habla castellano… por la suprema razón practica de que el español ni existe ni jamás ha existido, aunque creo que eso, ya lo dije al principio...



2 comentarios:

  1. ¡Hola! Verás, yo no veo el problema de las dos denominaciones, sino, más bien, una cuestión histórica.

    El término castellano hace alusión a la procedencia y el término español a la lengua hablada en España. Por ejemplo, lo mismo sucede con otras lenguas: el inglés se llama así por Inglaterra y ya se sabe que su origen se remonta a hablas germánicas.

    Por otro lado, tampoco creo que el castellano sea sólo fruto de un origen. Como toda lengua en evolución, debe aceptar que su denominación también sufra ciertas modificaciones en tanto que afecta a un territorio mayor.

    La realidad lingüística de nuestra lengua es muy compleja porque afecta a muchos hablantes. Sólo hay que darse un paseo por América para comprobar que sus hablantes consideran su lengua originaria del español pero bastante alejada del estándar.

    Bueno, en resumen, para mí son términos sinónimos y que no me plantean ninguna polémica. Pero siento decirte, que el español existe, pues no es sólo castellano: hay palabras árabes, germanas, italianas, francesas, inglesas, amerindias, catalanas, vascas, gallegas, etc.; y presenta tantas diferencias en los distintos territorios que no creo que el origen de una lengua lo sea todo; pues en ese caso, nosotros hablamos latín y latín tendría que ser el nombre de nuestra lengua.

    Un saludo

    Un saludo

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  2. En Argentina hablamos castellano no español , pero vulgarmente podríamos decir que hablamos "argentino", por la cantidad de palabras que nos hacen diferentes a otras lenguas castellanas , lo mismo ocurre con España , tienen muchas acepciones propias , como nuestro "lunfardo".
    Muy interesante el post , un abrazo !

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